Mamá pagó ponro español por su hijo
El chico blanco debía dinero a los distribuidores por las cosas divertidas, que pedía ponro español prestado de vez en cuando para detectar problemas técnicos con malos amigos. Los niggas agarraron al joven por el cuello y se preparaban para patearle el trasero cuando de repente se le ocurrió un método de pago. Bueno, vaya, el sinvergüenza les dio a los tres distribuidores una pista de que su amada madre pagará con sus agujeros. La idea es excelente, sobre todo porque el tipo mostró una foto de un burro rubio, no inferior en proporciones a las mujeres gordas del Ghetto.



























